Con paso decidido volvió a la barra... Otro chupito, otra copa más. Se
sentó, cruzó las piernas y volvió a observar lo que la rodeaba...
Ahí estaban, esos ojos negros, en la penumbra, los veía brillar, sabía
que estaban devorando su cuerpo, hacía que se sintiera invadida de una
forma provocadora, casi obscena...
Por un momento sintió un intenso calor que la invitaba a retar a ese
hombre, acercarse y enfrentarse a el... Se giro y se olvidó... Solo
quería beber, disfrutar de la música y de si misma, se lo debía y se lo
había prometido, nada de sueños románticos con chicos malos, no merecían
la pena, nunca la merecen...
Otro chupito... Otra copa...