Se movía como sirena en el mar, mientras sonreía con los ojos cerrados,
sintiendo como las notas de la música entraban en su piel, arrancandole
ritmos eroticos y sensuales...
El la observaba, a lo lejos, en el rincón más apartado del local, se
relamia mientras imaginaba el sabor de su cuerpo, se preguntaba si esa
danza era para desatar sus demonios o exorcizarlos... Estaba lejos y la
sintió cerca, ardiente y peligrosa estaba invadiendo sus ojos, su
mente...
Ella seguía marcando el ritmo mientras imaginaba escenas lascivas, ahora
sin temor a juicios ajenos, ya no le importaban, cuando fue consciente
de que alguien la observaba directamente, sin disimulo, vio esos ojos
negros, esa sonrisa misteriosa...