Ahora ni siquiera sé cómo cambió todo, como olvidé el sabor de aquellos
besos, la ternura de tu mirada cada mañana, esa forma tan dulce de
abrazarme y el huracán de tu cuerpo cada noche...
Ahora, alejada del calor de aquellos momentos, en el vacío de unos
recuerdos que sangran, que queman con cada latido, rezo por difuminarme
entre los rincones del olvido...
Ahora, me dejo vencer mientras mi cuerpo se diluye en ácidas lágrimas, mientras me pierdo, muero...