lunes, 14 de septiembre de 2015

Planté una semilla...

Planté una semilla en la que mi fruto fue tu olvido, rogando perder aquel destino...
Planté un nido de soledad en mi triste camino, rezando para vender lo poco que me quedaba de compasión...
Al perderte, perdí mi corazón... Mi sangre en veneno se transformó... Mis lágrimas, la lava que me abrasó...
Lloré y lloré, esperando a la melancolía vencer... Triste cara de poeta abandoné, solo quedaba tristeza, solo quedaba pena...
Solo un campo vacio y muerto... Donde ni la lluvia ni el sol reparará...
©Sylvanablack