Unos ojos, negros.
Una sonrisa, enigmática.
Sonrío, cautivada por tu presencia.
Pregunto:
- Quién eres? Dame un nombre.
Al que clamaré mi deseo, al que adoraré con devoción...
Sonríes, atrevida soberbia la tuya... Tu indescifrable actitud hace que mi curiosidad se convierta en sensual conducta. Antes ingenua, ahora desafiante...
Tus manos se acercan a mi rostro, haciendome susurrar un "soy tuya"...
Sigues sonriendo, aún sin nombre, aún un secreto...
Dulce, despacio, envenenas mi cuerpo con el pecado de tus labios...
Tu lengua juega con mis sentidos...
Invitación a la lujuria, respiras en mi oido, estremeces mi interior...
- Quién eres? -vuelvo a preguntar.
- Seré quien tu quieras... Soy tuyo.
©SylvanaBlack
