sábado, 12 de septiembre de 2015

Despierta...

Dormía placidamente, cuando sentí tu cálido aliento en mi cuello.
- Despierta.
Abrí los ojos, pero no veía nada, todo estaba oscuro. Me asuste, intenté moverme pero estaba inmovilizada, atada.
Te llamé, cada vez más nerviosa, no entendía que estaba pasando.
Mis sentidos se agudizarón, esperando olerte, sentirte, oírte...
Y un largo y jugoso beso llegó a mis labios, sabías a café, olías a café...
Tus dedos jugaban con mis pechos mientras susurrabas mi nombre...
- No te muevas, confía en mi... -decías entre besos.
Sentía como latía mi corazón, casi podía oírlo, intenso, fuerte...
Mi respiración se agitaba, perdía el ritmo, cortándose y acelerándose al ritmo de tus caricias.
Mi sexo gritaba hambriento de placer, arqueando mi espalda, buscándote.
Y te encontré entre la oscuridad, entre los sonidos de nuestros cuerpos, entre los sentimientos de deseo.
Sentí tu amor como nunca antes lo había sentido, saboreé cada caricia de la forma más intensa posible...
Y grité tu nombre entre jadeos, quitándome la venda en el momento justo, de ver tu cara...
©SylvanaBlack