domingo, 8 de noviembre de 2015

Cuando te pienso.

Perversidad al pensarte, al imaginarte en el embrujo tus ojos poseyéndome.
Dos cuerpos, un movimiento, intenso y acompasado.
Necesidad de sentirte, mientras nos  perdermos en oleajes de ácidas emociones, donde la seducción de paso a una danza exótica de prohibidos placeres...
Embriagarnos con el dulce pecado de caricias que quemen nuestra calma, hasta perder el control.
Dejarnos llevar mil noches más con la única promesa de llegar juntos al infierno.
Hasta deshacernos en huracanes, tormentas de lava, arrasando todo a nuestro alrededor.