lunes, 16 de noviembre de 2015

Ayer.

Ayer me dijeron que tus ojos dejaron de brillar, que aquella sonrisa soñadora en lagunas de tristeza despertó. 
Me contaron que te deshacias en lágrimas con cada Luna llena, recordando su forma de amarte hasta el amanecer.
Rendida ante la nostalgia, dejaste de creer.
Vieron como una gran coraza tu cuerpo rodeó, inaccesible, lejana sin ilusión.
Ayer me llamaron para consolar tu triste corazón; corrí en contra del tiempo, volar a tu lado, ofrecerte mi calor.
Descubrí tu rostro y mi esperanza aniquiló.
Ahora, en la lejanía de tu recuerdo, mi alma de niebla, nubló.